sábado, 19 de junio de 2010

¿Tiene el número PI un mensaje de los dioses?


La novela Contacto de Carl Sagan habla sobre lo que sucedería en nuestro planeta en el momento que se lograría hacer contacto con una civilización extraterrestre. Desde la lejana estrella Vega se recibe un mensaje que puede ser interpretados por los científicos. El libro presenta varias ideas que nos hacen plantearnos algunas cuestiones.

La primera de ellas, y la razón del libro, ¿Existe vida fuera de nuestro Planeta? Los programas de búsqueda que realizan los grandes países parecen indicar que mucha gente espera que así sea. ¿Es posible que la Tierra sea el único sitio, entre millones y millones de soles y planetas, que tuvo la suerte de alimentar la vida?

Una segunda cuestión para analizar: ¿Se puede viajar a una velocidad mayor que la de la luz? La teoría de la relatividad indica que mientras más se acerque un objeto a la velocidad de la luz, la energía que se requerirá para moverlo deberá aumentar hasta hacerse infinita. ¿Cómo entonces se puede viajar a una estrella ubicada a 21 años luz de distancia en menos de una hora? La respuesta puede estar en lo planteado por el gran físico teórico Stephen Hawking hace ya muchos años, los agujeros de gusano. Los grandes atajos que nos permitirían acortar caminos cuando recorremos los pliegues del espacio-tiempo. Los agujeros de gusano serían una variedad de agujeros negros pero con muy poca masa y con muy poca atracción gravitacional; por lo tanto, una entidad viva puede entrar por ellos, atravesarlos y salir en alguna galaxia lejana.

Una tercera cuestión, tal vez la más controversial de todas: ¿Existe un Dios único o depende de cada cultura; o, en este caso, depende de cada forma de vida? Si existe un Dios único, ¿por qué no se manifiesta de una forma clara para que no queden dudas sobre su presencia? Puede ser que sí se haya manifestado, pero nuestra ciencia todavía no es lo suficientemente avanzada para verlo. ¿Puede ser que exista un Dios Supremo del Universo y que sus manifestaciones sean a través de algún aspecto de la ciencia?


En el libro, Sagan plantea la posibilidad de que algún dios haya insertado una especie de mensaje en el interior del famoso número irracional PI (la razón entre la longitud de la circunferencia y el diámetro de un círculo) representado en base 11. Supuestamente, al llegar al decimal que se encuentra en la posición 10 elevado a la potencia 20, empieza una serie de aproximadamente 1000 cifras de ceros y unos. Cuando se arman estas cifras formando un cuadrado, los unos presentan el dibujo de un círculo perfecto. Falta determinar si dentro de este mensaje existe otro u otros mensajes todavía no descubiertos formando lo que se denomina un palimpsesto.

Si alguien desea probar la veracidad de la existencia del mensaje solamente debe calcular PI con un poco más de 10 elevado a la veinte decimales, transformar el número obtenido de base decimal a base 11 y presentar los decimales armando un cuadrado cuando empiece la serie de unos y ceros para visualizar el círculo.

Para quien tenga el tiempo y la paciencia de intentarlo, la forma de calcular PI es pi / 4 = 1/1 - 1/3 + 1/5 - 1/7 + 1/9 - 1/11 + 1/13 - .........
y para pasar el número obtenido de base decimal (10) a base 11 deberá mantener el 3 y todos los decimales multiplicar por 11, escribir el entero resultante y los nuevos decimales multiplicar por 11, escribir el entero resultante y los nuevos decimales multiplicar por 11 y así sucesivamente 10 elevado a la 20 veces.

Para que prueben si el método de conversión es correcto el número PI en base 11 con 9 decimales es igual a 3.161507028.

Suerte y me indican si logran ver o no el famoso mensaje.

Lo Tardío

Madre: la vida enferma y triste que me has dado,
no vale los dolores que te ha costado;
no vale tu sufrir intenso madre mía,
este brote de llanto y de melancolía.
¡Ay! ¿Por qué no expiró el fruto de tu amor,
así como agonizan tantos frutos en flor?

¿Por qué, cuando soñaba mis sueños infantiles,
en la cuna, a la sombra de las gasas sutiles,
de un ángulo del cuarto no salió una serpiente
que al ceñir sus anillos en mi cuello inocente,
con la flexible gracia de una mujer querida,
me hubiera librado del horror de la vida?

¡Más valiera no ser a este vivir de llanto,
a este amasar con lágrimas el pan de nuestro canto,
al lento laborar del dolor exquisito,
del alma ebria de luz y enferma de infinito!

Medardo Angel Silva

XXXVII

Te doy mi pésame porque tú también
moriste ese día en que murió tu madre.
Un poco, un mucho has muerto.
Un día. Muchos días.
Muchos besos has muerto.
Te doy mi pésame porque estás vacío.
Vacío de ilusiones.
Vacío de palabras.
Te doy mi pésame porque, ante el lecho
donde ella yacía agonizante, dejaste de ser
niño y dijiste una palabras de hombre
buscando reconfortarte.
Te doy mi pésame porque, ante su ataúd,
regresaste a la infancia y pataleaste ante el destino.
Y gritaste, impotente, tus lágrimas de niño.
Te doy mi pésame con mi silencio.
Que es lo único que tengo entero para darte.
Un silencio que llega hasta el futuro.
Un silencio que está lleno de ayeres.
Un silencio tan hondo, que suena a pesadumbres.
A nostalgias.
Suena tanto el silencio, que trae, nítido,
el eco de tantas lejanías.
Te doy mi pésame porque, siendo ya viejo
como eres, recién comienzas a entender el
exacto significado de su ausencia.
Te doy mi pésame porque toda la felicidad
que te resta por gastar será sin ella.
Te doy mi pésame porque, en todos los
dolores que te restan por sufrir, ella no estará
para darte consuelo.
Te doy mi pésame porque no alcanzaste
a decirle todo lo que querías.
O te faltó valor para decirle.
O te sobró amor para decirle.
Te doy mi pésame porque sé que perdiste.
Y porque sé, también, que perdiendo
seguirás apostando.
Y porque ella no estará allí con su sonrisa
cuando ganes.
Y porque ella no estará alli con su caricia cuando
mueras todas las muertes que te faltan por morir.
Te doy mi pésame porque algo en ti está roto.
Algo que no se sabe qué.
Algo que no se sabe dónde.
Tal vez lo que se trizó fue la esperanza.
Tal vez lo que se rompió yazga allí donde
se depositan todos los veranos con los colores
de los arupos florecidos, todas las tardes con
sabor celeste, con olor a aguaceros.
Tardes envueltas en las nieblas de las remembranzas,
de las ausencias. Tardes dibujadas para siempre en el
profundo lienzo de sus hoyos.
Te doy el pésame porque nadie más que
yo sabe lo que tu sientes.
Te doy el pésame porque quizá así pueda
ayudarte a soportar mejor tu muerte que
dejo su muerte.
Y porque tú y yo, yo y tú, tendremos
que empezar un nuevo aprendizaje desde ahora.
huérfanos de su aliento y su mirada.

(El pájaro Francisco Febres Cordero)

Para Lasthenia


madre, es tiempo de seguir

Madre
Ya me conoces
tu siempre me has tenido en tu regazo,
guiaste mis palabras y mis pasos
ya es tiempo que demuestre si aprendí.
Quiero contarte
las veces que he soñado con llamarte,
llevando tu recuerdo a todas partes
dejándote mi ausencia junto a ti.
Madre, quisiera conseguir en esta tarde
las fuerzas necesarias para darte
los años que luchaste para mi.
Madre, no temas si algún día he de marcharme
aun sigo los consejos de mi padre
aquel hombre a quien nunca conocí.
Tu me conoces
a veces me derrumbo y es que sabes
que soy mucho mas frágil que las aves,
mi vuelo es tan sencillo de abatir.

La Canción de Los Andes
En las alturas de las montañas
existe un pobre rancho.
Una viejita
todas las tardes
llora y suspira en él.....
Triste es la vida si
quiero mejor morir.
Suenan las notas del fiel rondador
en los labios del indio
que brinda su amor
a la dueña de su corazón.
Hijo de mi alma
de mi alma hijo mio donde existes,
no te veo, no te oigo
donde estás.
Contesta a tu viejita
que te llama y no respondes
al cariño de tu madre
ni a la voz del corazón.
Te marchaste una mañana
presuroso y agitado
que volvías me dijiste
que volvías al partir.
Y no vuelves a tu casa
ni a tu casa ni a tu madre
que te llama que te extraña
que sin ti se muere ya.
Vuelve pronto mi adorado,
mi consuelo, mi esperanza
que te espera
mi angustiado corazón.
Suenan las notas del fiel rondador
en los labios del indio
que brinda su amor
a la dueña de su corazón.
Todas las tardes
junto a la puerta suspira y llora asi.
Hijo de mi alma
de donde existas
vuelve prontito a mi.
Mas una noche tras lento paso
vino la aurora
al fin.
Palida y fria
junto a la puerta
estaba muerta ahi.